El jardín japonés concebido hace más de trece siglos, surge en el Período Heian, aparentemente es un arte importado de China y Corea, que se desarrollará durante
las eras Kamakura, Muromachi, Momoyama y el periodo Edo hasta los jardines de la actualidad, tanto en casas privadas, como templos budistas,
parques, capillas
sintoístas y en antiguos palacios.

El jardín de estilo japonés se caracteriza por estar cerrado, como si estuviera aislado del mundo que le rodea. No está concebidos para pasear, sino para admirar y meditar en armonía con la naturaleza, representan el universo y están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad. Diseños para ser contemplados
desde el interior de la vivienda, se incorpora a la estructura de la casa, que no tiene muros, como en Occidente, sino paneles de papel que se desplazan para dejar ver el jardín.
Para construir un jardín japonés se debe buscar primero el material: rocas o piedras de varios tamaños. Primero se colocan las principales, con aristas vivas y de grandes dimensiones. En la parte llana, se colocan piedras bajas, como descolocadas o tiradas (se encuentra belleza en lo imperfecto, lo inacabado). Si
la roca
está nclinada colocar otras para sujetarla. No deben coincidir con los ejes de los soportes de la casa. Las rocas son los elementos base del jardín pueden simbolizar islas o montañas, o incluso representar agua (cascada seca), corrientes, olas, etc. Las más usadas son aquellas de origen volcánico, sobre todo el basalto. La mentalidad occidental, no entiende que un jardín sea hermoso si no tiene flores, para la mentalidad japonesa un jardín es bello
cuando las hojas empiezan a marchitarse.
Shima = Isla, se usa para designar a las rocas del jardín y al recinto que las contiene, y finalmente por extensión a todo el jardín. Una gran roca en el jardín representa El Monte Shumi, la montaña del eje del mundo para la religión budista.
Iwakura = El lugar que ocupan las rocas. En ocasiones se atan las rocas con cuerda como si delimitaran el lugar que ocupan. Esta práctica procede del jardín chino, que usa rocas mucho más plásticas y redondeadas. Las rocas japonesas, por el contrario, son escarpadas. Se escogen en función de su forma y se trasladan
y colocan tal cual se encuentran en la naturaleza, evitando las manipulaciones y protegiendo las rocas de los daños que puedan sufrir durante el transporte.

Además de rocas, un jardín típico japonés puede contener, de forma real o simbólica, los siguientes elementos:
- Agua (estanques con peces, cascadas o fuentes)
- Una isla
- Un puente
- Una linterna de piedra
- Una imagen de buda
- Una casa de té imprescindible para las ceremonias del té

También se usan elementos vegetales como:
- Cañas de bambú que al moverse dejan oír la música de sus emociones, puede colocarse entre rocas o cerca de estanques.
- Plantas florales como por ejemplo: Cotoneaster, Rododendro, Azalea, etc.
- Helechos y musgos.
- Árboles de hoja perenne como el Pino negro japonés
- Árboles de hoja caduca como Arces, ya que el continuo cambio de color de sus hojas durante el otoño sirve como estímulo para la meditacion. El concepto de cambio, de caducidad es para ellos realmente bello. Las hojas no deben limpiarse
para permitir el crecimiento de musgos y helechos en su base.
- Komatsu, árbol de pequeño tamaño que siempre permanece joven (cuando comienzan a envejecer se cambia), representa la idea de la eterna juventud.
- Bonsái, árboles en miniatura, que al controlar su crecimiento logra el mismo desarrollo que el árol en estado natural,
siguiendo patrones como el tronco inclinado por
el empuje del viento.

Estilos de jardín japonés
Jardines de Paseo, suelen ser jardines amplios para verlos desde un sendero, incluyen un sendero para pasear en torno a un estanque, que también sigue patrones naturales
de marea alta, baja, etc. y transita por los lugares más importantes del jardín (Jardín del Palacio Katsura).

Jardines de Aposento, pueden ser amplios, pero que se crean para ser contemplados desde una posición. Son típicos de las casas tradicionales de las ciudades japonesas (Machiya).

Jardines de la casa de té. Camino de baldosas regulares o piedras irregulares colocadas en línea recta, rodeado de plantas, árboles y agua, que conduce a
una cabaña donde se realiza la ceremonia nipona del té.

Jardines verdes que pueden ser grandes como bosques y suelen rodear grandes mansiones o Palacios (Palacio Imperial de Tokio).

Jardines secos de contemplación (karesansui), también llamados de piedra (sekei tei), que en tan sólo unos metros cuadrados (como mucho 10 x 30 metros), a base de grava o arena poco profunda, rocas diseminadas, y ocasionalmente hierba, musgo y otros elementos naturales, engloban los principios
fundamentales
del arte y la filosofía japonesas. No es necesario que corra agua en una parte para que represente río mares, es la mera existencia de vacío lo que representa al líquido vital. Aunque en apariencia sencillos, los jardines más difíciles de diseño son los de piedra. El gran historiador, diseñador y constructor de jardines karesansui del siglo pasado, Shigemori
afirma: " estos recintos están despojados de toda suntuosidad la grandeza reside en las cosas simples" . La arena o grava puede simbolizar una montaña o si está rastrillada el mar. Amontonada y ondulada en su parte superior representa la niebla (el viento va cambiando su forma, de manera que cada día tiene una distinta). El rastrilleado de la grava alrededor de las rocas simboliza las ondas que se producirá en la superficie de un lago si cayera una gota de agua. El
resto del jardín se rastrilla en paralelo a la plataforma. Ahora se permite introducir piedras talladas en los jardines secos (antes sólo piedras naturales).
El más famoso es el jardín seco del templo Ryoan-ji (Kioto), creado en 1473, donde en pocos metros cuadrados están dispuestas quince rocas en tres grupos de siete, cinco y tres, colocadas sobre un mar de grava rastrilleada. Los monjes Zen los introdujeron en sus templos, por eso muchas personas los
conocen como jardines zen, aunque la creencia de que los monjes Zen utilizan los jardines para meditar se ve desmentida por el hecho de que en Japón los monjes Zen casi siempre meditan en interiores, de cara a una pared (Soto Zen) o al centro del cuarto (Rinzai Zen), nunca mirando a exteriores. Este estilo de jardín se desarrolló en los templos del Rinzai Zen, siendo algunos de los diseñadores históricamente más relevantes, como Muso Soseki y Soami, monjes
o practicantes del Zen.

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