Para poder disfrutar de un buen invernadero hay que dedicar todo el tiempo necesario a varias
cosas fundamentales: dónde colocarlo, cómo instalarlo en el jardín, cómo distribuir las plantas, y de qué material realizarlo.
Podemos encontrarlos en todas las formas, colores, materiales y tamaños. Desde el gigantesco invernadero industrial al pequeño en miniatura. Tendremos que escoger el modelo que mejor se adapte al espacio disponible y al presupuesto.

Qué modelo escoger
Depende del espacio de que se disponga y del dinero que queramos invertir. Hay dos tipos básicos, uno al que se puede llamar " portátil" , que está construido en materiales ligeros, con un tamaño que no suele sobrepasar los 9 m2, con todos los lados
acristalados y otro que
se asienta sobre una base sólida
de ladrillo
o madera, que sólo recibe luz por la mitad superior y que se construye tan grande como se quiera, según el espacio del que se disponga.
Los modelos fijos con base de ladrillo o madera, ofrecen más variedad de ambientes, y se puede
cultivar
mayor variedad de especies. En la parte inferior, más húmeda y oscura, se pueden cultivar especies a las que le guste la sombra, mietras que en la parte alta, tanto en techo como en bandejas superiores se pueden cultivar distintos tipos de epifitos y plantas que requieran mucha luz. Otra ventaja que ofrecen gracias a su solidez, es que el calor se pierde mucho menos y resulta más económico calentarlo por métodos artificiales. La desventaja está en que no se puede desplazar a otra zona del jardín sin recurrir
a obras.
Los modelos " portátiles" , tienen la ventaja por supuesto de que se adaptan a casi
todos los jardines,
y si no nos gusta o nos hemos equivocado en el lugar elegido, sólo tenemos que desmontarlo con cuidado y volverlo a armar en el nuevo emplazamiento. El inconveniente, es que al tener todas sus caras de cristal o plástico, cuando se le proporciona calor de manera artificial, se escapa fácilmente, y nos cuesta mucho más. También el número de ambientes diferentes que queramos conseguir es más difícil.

Materiales a elegir
Cuando queramos comprarlo, no debemos considerar sólo el coste momentáneo, sino también el desembolso que generará su mantenimiento y el tiempo que nos durará. La base de
aluminio
o ladrillo, es mucho más económica y duradera que la de madera, y además el mantenimiento también es mucho menor. Para las paredes se puede optar por plástico o vidrio. El plástico es más barato y resistente a los golpes que el vidrio, pero con el tiempo se vuelve quebradizo y pierde la transparencia a causa del polvo y la arenilla. El vidrio por el contrario es más caro y frágil, pero la principal ventaja es que capta y retiene el calor del sol mucho mejor y permanece inalterable con el tiempo.
Tambiénacepta mejor las pinturas protectoras.

Ubicación
Es preciso escoger una situación despejada, lejos de árboles grandes, especialmente si son de hoja perenne, porque la sombra que proyectan reduce la cantidad de luz recibida por las plantas. Los arbustos y
arbolillos
pequeños, si se plantan a una distancia prudente, pueden ser beneficiosos porque servirán de cortavientos y al formar una pequeña bolsa de aire alrededor ahorrarán calefacción.
Debemos vigilar los desniveles del terreno, pues al pie de las colinas se puede acumular agua y hielo en invierno. Si vamos a colocar pocas plantas, y no queremos gastar mucho en calefacción, lo mejor será instalar un invernadero de una sola vertiente acoplado a una pared este o sur de la casa, porque
así
el muro absorberá
el calor del sol durante el día y lo irradiará por la noche, ahorrando combustible.
Colocación de las plantas
Independientemente de lo que queramos cultivar en el invernadero, se pueden elegir dos criterios distintos para su distribución como paisaje o como escenario. La tendencia es la de formas paisajistas, creando
una ambiente
que reconstruya el hábitar natural de las plantas. Aunque es el sistema más atractivo, presenta el inconveniente de reducir mucho el espacio aprovechable y limitar la elección de plantas. La otra alternativa es cultivar las plantas en macetas, lo que nos ofrece la oportunidad de disfrutar de una mayor gama de especies. Se pueden colocar a diferentes niveles para que queden más estéticas.

Plantas adecuadas según zonas
Zona superior
Es la zona que recibe más luz y para aprovecharla bien debemos recurrir a plantas que muestren su aspecto más espléndido cuando cuelgan. Si la luz es tamizada, será el emplazamiento ideal de las orquídeas, columneas, aechmenas, vriesias y nidularium que se
colocarán en cestillos colgantes
y a ser posible en la
parte central
para que no estorben el paso.
Zona Media
En esta zona debemos diferenciar la zona que da al sur y este y las zonas que dan al norte y oeste. En la zona sur/este, se pueden cultivar todo tipo de plantas a las cuales les guste la luz intensa, como cactus, crasas, petunias, pensamientos, etc. y en la
zona norte/oeste, que presenta
una luz más suave, se
pueden situar
casi todas las plantas que habitualmente se tienen dentro de casa.
Zona baja
Si el invernadero no dispone de calefacción, podemos utilizar esta zona para guardar las plantas que necesiten reposo en invierno o los órganos de reserva de las bulbosas, que se guardarán en cajas con turba o arena limpia. También irán bien los helechos, algunas
hiedras y las plantas
a las que les guste la sombra.

Desinfección del invernadero
El invernadero por sus condiciones de altas temperaturas y humedad, es una zona de continua exposición a todo tipo de enfermedades y plagas. No debemos esperar a que se produzcan, por lo que tendremos que rociar periódicamente con un insecticida y fungicida
de amplio espectro.
Una vez al año, preferiblemente a mitad de primavera u otoño, es conveniente sacar todas las plantas y quemar en el interior unos pequeños recipientes con azufre en polvo, no debiendo permanecer nadie en el interior, porque son vapores tóxicos. Después de 24
horas se ventila bien y se
vuelven a colocar todas
las plantas.
Condiciones
Para que las plantas se desarrollen perfectamente, solo hay que saber regular y armonizar tres factores principales agua, luz y temperatura. Si falla alguno de estos parámetros, no importará cómo sea de caro o barato, bueno o malo el invernadero, las plantas
morirán sin remedio.
Riego
Dentro de un invernadero, por supuesto no podemos regar con manguera a presión, porque las salpicaduras
ensuciarían
rápidamente los cristales y además las plantas se encharcarían. El método ideal es el atomizador con regulador, el cual proporciona una densa pero suave nube de agua muy efectiva. Otro sistema es el goteo, que proporciona a la planta el agua de forma continua y dosificada. Y por último el riego capilar, mediante arena o fibra de vidrio, situado bajo los tiestos para mantenerlos constantemente húmedos gracias a un sistema automático.

Luz
Existen en el mercado sistemas automáticos que gracias un conjunto de fotocélulas extienden o recogen automáticamente un sistema de esterillas según sean las condiciones de luz, aunque son caros. Podemos recurrir a cubrir los techos y paredes con esterillas
realizadas a base de cañas
o rafia. La rafia es más
duradera y ligera,
además se fabrica en varios tamaños de calado y así podemos regular la luz de forma muy precisa. Durante el verano, cuando la radiación es mayor, podemos pintar las paredes con blanco de España, que es fácil de aplicar, barata y que se elimina facilmente con agua y rasqueta.

Calor
Si disponemos de un sistema de calefacción, podemos ampliar enormemente las posibilidades de nuestro
invernadero.
El más inocuo, pero también el más caro, es el compuesto a base de resistencias eléctricas. Los sistemas de gas natural o petróleo son mucho más baratos, además al quemarse proporcionan dióxido de carbono que es muy beneficioso para las plantas, pero produce vapor de agua que hace gotear los cristales e impide mantener el invernadero seco. Por ello debemos introducir algún tipo de ventilación, bien con respiraderos en el techo o paredes.

INVERNADEROS MINIATURA
Son una réplica a escala de los del jardín, y un bello complemento para el salón o una terraza cubierta. Tienen las ventajas de las botellas de plantas más la adicional de que son más fáciles de construir y se pueden sustituir los ejemplares estropeados
o enfermos mucho más sencillamente.
Las urnas cerradas para plantas fueron desarrolladas por los floricultores ingleses del siglo XIX, se le atribuye a N.B. Ward (1791-1868), aunque otros aportaron ideas similares. Este sistema mini-invernadero fue creado para lograr que
las plantas exóticas, recolectadas
en países muy alejados,
llegasen a
su destino lo más íntegras posibles, cosa bastante difícil, pues transcurrían varios meses de penoso calvario en la cubierta de un barco, desde que se recolectaban hasta que se plantaban en un invernadero londinense. La idea resultó y las urnas se adornaron de colores y filigranas para ser adaptadas a los salones victorianos.

Los terrarios o invernaderos en miniatura presentan las ventajas de mantener una humedad practicamente constante, preservar las plantas de polvo, de la contaminación y las oscilaciones bruscas de temperatura. Otra ventaja es que si son ejemplares sanos, es
difícil que las plagas y enfermedades
hagan su aparición.
La mayor parte de las urnas para plantas tienen la forma de una gran caja de cristal con aristas de metal o madera. Si disponemos de un acuario, sólo tendremos que ponerle una tapa de cristal en su parte superior para
que tengamos
un terrario adecuado para plantas. También hay modelos de forma cilíndrica y plástico.
Para plantar en un terrario no tendremos los problemas que con una botella, ya que no nos harán falta embudos, palos, ni nada similar para colocar las plantas. Podremos colocarlas con nuestras manos, un poco de carbón de leña, grava y turba.
Primero esparciaremos sobre el fondo, dos centímetros de grava y sobre ésta unos trozos de carbón de leña, y sobre todo ello una capa de turba. Si la caja se ve desde todos los lados, colocaremos en el centro las plantas
más altas,
sino tendremos que ver desde que lado se colocará, para colocar las plantas más altas al fondo. También podemos optar por poner directamente las macetitas dentro.
No colocarlo nunca bajo el sol directo, pues el sol al atravesar el cristal, quemaría las plantas.
Tampoco se debe abonar en exceso, para que no crezcan muy rápido y tengamos que cambiarlas demasiado a menudo.
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