
Las tillandsias son una variedad de la familia de las
Bromelias, oriunda de Centroamérica, tiene la característica de que se
alimentan literalmente del aire a través de sus hojas, las raíces tan sólo le
sirven para sujetarse a los troncos de otras plantas, son un ejemplo vivo de la
capacidad de la naturaleza para adaptarse, un homenaje a la supervivencia.

Las tillandsias son epífitas, viven sobre otras plantas e
incluso en las piedras, sobre ellas
tejen sus raíces para sujetarse e incluso sobrevivir, pero no las hunden en sus
entrañas para extraer nutrientes, no las parasitan, el sustento necesario lo
extraen literalmente del aire y del agua que el rocío o la lluvia deposita en
sus hojas carnosas. Un auténtico milagro de la Naturaleza que tiene su origen
en el sur de Estados Unidos, Mexico, Centroamérica al completo e incluso el
norte de Colombia y Venezuela. Se han catalogado cerca de 650 especies de
thillandsias, por ello es la familia más extensa de las bromeliáceas. Es tan
versátil que sobrevive en ecosistemas tan diferentes como el bosque, la montaña
y el desierto, una superviviente en toda regla.

Su nombre se lo deben a Carlos Linneo, el genial naturalista que decidió
homenajear al botánico sueco Elias Tillandz. Su versatilidad, como hemos dicho, es tan grande que los géneros litófilos, es
decir, los que se anclan sobre piedras, también lo hacen sobre tejados y otros
materiales que le puedan permitir estar al aire de donde obtienen el sustento.
Las plantas azules, como se les conoce coloquialmente, se dividen en dos tipos,
las verdes y las grises. Las verdes viven en climas templados y húmedos, sus
hojas son diferentes, no tienen tricomas y a veces crece en el suelo. Las
grises sin embargo tienen una forma más sofisticada de obtener humedad y
nutrientes. Precisamente esa forma de atrapar la humedad mediante unas escamas
llamadas tricomas, es la que le confiere una tonalidad entre azulada,
blanquecina y especialmente gris. Esos tricomas protegen contra la luz, evitan
la pérdida de agua por evaporación epidérmica ayudan a empaparse de agua cuando
la humedad envuelve la planta. Los minerales los obtienen entonces del polvo y
la materia de los insectos que, cuando llega la humedad, están sobre la planta,
un auténtico prodigio de la economía, esa economía las hace ideales como
plantas decorativas de interior, anclándolas a una piedra, un tronco o
cualquier otro elemento decorativo y no requiere cambios periódicos de sustrato
ni riegos que no se hagan mediante un simple pulverizador.

Sobre el sistema ideal de riego existen varias tendencias, una es que la planta
prefiere el agua de lluvia o agua filtrada, en caso de no poder filtrar el agua
de grifo, esta es mejor que nada sin duda a pesar de la presencia de cloro y
otras lindezas que las autoridades nos regalan para "nuestra buena salud". Se
recomienda empapar las plantas al menos dos veces por semana sumergiéndolas
completamente y posteriormente escurrir el agua para no mantenerlas
permanentemente húmedas ya que corren el riesgo de putrefacción. En verano
agradecen una pequeña puverización diaria. La aportación de agua constante está
completamente contraindicada y tratar de que esté sobre tierra también.

Otra indicación importante es que admite mal las heladas, por debajo de 10
grados sufren mucho y por encima de 32 pierden humedad y quedan demasiado
secas. El lugar ideal es el que permite paso de aire de donde obtener humedad.
Se puede utilizar un abono de plantas de interior, diluida a un cuarto de lo
recomendado una o dos veces al mes, disminuyendo la frecuencia en otoño e invierno.
La reproducción por semillas es muy compleja por lo que la mejor manera es
mediante plántulas, es la mejor de las garantías de éxito.

Las tillandsias son plantas extremadamente duras, muy atractivas y versátiles,
pero también necesitan cuidados, menos que muchas de las plantas de interior,
pero los necesitan.
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