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Durante el mes de septiembre de 2012 tuvo lugar en Madrid una competición muy especial. Distintas universidades, distintos equipos
multidisciplinares coordinados en el mundo universitario han pugnado por
ofrecer ideas y proyectos para una construcción equilibrada con el medio
ambiente y con un consumo de energía mínimo, incluso autosostenible. Pero tal
vez lo que hace a esta competición especialmente atractiva es el hecho de que
todos esos proyectos han de ser tangibles, se han de poder llevar a cabo y para
demostrarlo, como el movimiento se demuestra andando, todos los participantes
han de construir sus propuestas para poder mostrarlas durante el evento, el
visitante puede ver y tocar las viviendas, participa de esa exposición de
ideas, proyectos, tendencias y realidades y puede sacar conclusiones. Entre
otras, que el ser humano puede vivir bien sin causar deterioro al medio
ambiente y que el hogar no tiene necesariamente que dar la espalda a la
Naturaleza, dos conclusiones que forman la columna vertebral de nuestra línea
editorial.
Siempre he defendido que la Universidad ha de liderar el
progreso precisamente por que, en puridad, carece de las presiones que los
lobbys económicos ejercen sobre los departamentos de I+D de las empresas, lo
que les permite minimizar parámetros como el de los beneficios industriales de
las corporaciones como prioritarios, y dedicarle mayor preponderancia a otros
como la baja dependencia energética, la utilización de materiales más
saludables y la disminución drástica de deshechos, aprovechando lo que la
Naturaleza no cobra, en perjuicio de intereses que en muchos casos, ignoran
alternativas muy ventajosas para la mayoría.
Este es el caso que ha movido el evento, y si bien ha
contado con el apoyo de empresas que han visto en los objetivos del mismo una
oportunidad de experimentar las mas avanzadas tendencias, el concepto de
materializar esos avances en todos y cada uno de los modelos presentados es una
oportunidad fantástica, pero para los no profesionales que visitamos esta
exposición, es un escaparate de distintas soluciones que pueden aplicarse en
los hogares, algunos sin muchos problemas, otros, por el contrario, requieren
ser implementados en la propia construcción.
Ciertamente, conocer el resultado del evento me ha resultado
agradable, por que los proyectos que han encabezado la clasificación han sido
los que mas me han llamado la atención, uno, el ganador, de origen francés, es
un estudio de como lograr con éxito unir el concepto de vivienda unifamiliar
con el de un edificio de pisos. El proyecto canope, genera edificios
sostenibles, que albergan una vivienda unifamiliar por planta, con su
importante carga de privacidad. Dispone de terrazas que pueden ser oscurecidas
con un ingenioso sistema de contraventanas corredizas, e incluso permite abrir
los muros exteriores para incorporar el entorno a la vivienda. Además, el
aprovechamiento energético es excelente.
El segundo lugar de esta "competición" ha sido para uno de mis proyectos
favoritos. Patio 2.12, realizado conjuntamente por cuatro universidades
andaluzas bajo la denominación de "Andalucía Team". Una vivienda unifamiliar,
muy cormercializable por su modularidad y con soluciones especialmente
interesantes y que significan una puesta al día de conceptos tradicionales de
la edificación andaluza, basada en el equilibrio térmico que producen los
patios andaluces y sus intercambios de aire en función de la hora del día o la
época del año. Sin contar con lo que los chicos del proyecto llamaban "efecto
botijo" o como utilizar la evaporación de humedad generada, bien por lluvia o
por un sistema de goteo en la fachada cerámica para mantener fresco el
interior, tal y como se produce en el tradicional y nunca suficientemente
alabado botijo para mantener el agua fresca. Además, se utiliza el concepto de
patio central como nexo de unión de las estancias modulares que pueden ser
organizadas en función de las necesidades de los habitantes y el patio central
cubierto con cristalera capaz de ser abierta y modificada su opacidad para
utilizar el sol y el aire como principal sistema de climatización con un
consumo energético realmente mínimo, aportando el espacio común central como
espacio para compartir por los habitantes de la casa, un diseño muy actual,
pero compartiendo raíces ancestrales tanto en su concepto como en su
utilización térmica.
En otros proyectos observamos como el agua es reutilizada,
previa depuración, electricidad fotovoltaica, climatización sin utilizar
energía, captura de la luz solar para iluminar zonas oscuras a través de la
fibra óptica, utilización de materiales reciclados, incluso para la fachada,
como en el caso de un proyecto alemán que utilizaba CD´s pasados por el horno,
y el resultado era simplemente curioso y no desmerecía el resto del proyecto, o
como la casa japonesa, que integraba zona de cultivo e incluso una máquina para
evolucionar plantones con el fin de acelerar las cosechas y disminuir la
dependencia del hogar en el plano de la alimentación. Tendencia muy viva en
Japón desde el desastre de Fukushima.
En definitiva, me ha encantado ver como los futuros
arquitectos, los futuros ingenieros están muy mentalizados con el cambio de
paradigma que, poco a poco, ha de ocurrir en la forma de vivir del ser humano,
respetuoso, no solo con el medio ambiente sino también con su propia
naturaleza, algo deseable. si nos dejan.
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