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La Dehesa de Navalcarbón es un espacio natural de 120.000 metros cuadrados, perteneciente al término municipal de Las Rozas, en la Comunidad de Madrid, España. Es uno de los pulmones de este municipio, y un lugar ideal para hacer deporte o pasear. La vegetación más abundantemente es el
pino piñonero, encina y retama. Entre otras especies de animales podemos ver conejos, palomas y pica-pinos.
Aparece en mapas antiguos como Dehesa vieja, Dehesa de las Rozas y " de los Barros" , después se conoció como Valdeastillas, para pasar finalmente a ser conocida con el nombre actual de Navalcarbón. Se creó por los años 30 a fin de recuperar un antiguo encinar, cuya madera se aprovechó para obtener carbón
vegetal y que después fue repoblada con pinos.
Desde hace unos años cuenta con una ría artificial que sigue el curso del antiguo cauce del Canal del Guadarrama, cuya construcción se inició e interrumpió a finales del siglo XVIII.
Hay una placa con una breve reseña histórica:
"El canal de Navalcarbón fue proyectado por el ingeniero D. Carlos Lemaur en 1781 bajo el reinado de Carlos III.
El proyecto se denominaba "Relación del proyecto de un canal navegable desde el río Guadarrama al océano que pasara por Madrid, Aranjuez, La Mancha y Sierra Morena: Orden y método para acertar en su ejecución".
Se trataba de unir la corte con el Guadalquivir a su paso por Sevilla con un canal navegable. Este serviría como elemento de comunicación para el transporte del grano de Castilla y de los materiales necesarios camino de las Américas.
El canal se iba alimentando de los escasos recursos fluviales a su paso por la meseta y por la serranía andaluza, para ello era necesario tomar las aguas de los diversos ríos y arroyos, encauzarla siguiendo un curso nivelado y salvar las diferencias de cota con esclusas.
La primera fuente del canal se establecía a pocos km. de aquí, en la presa del Gasco en la ribera del Guadarrama. Se desarrollaría una primera fase, la más costosa entre el Gasco y la corte ésta sería la que diera fama al canal y con la que se podrían transportar los materiales para la construcción de
los siguientes tramos.
Las obras dan comienzo en el inviernos de 1787 con tan solo 100 hombres. Al final de la primavera se hallan concluidas las cuatro leguas que median entre la presa y Las Rozas.
En marzo de 1799, tras una fuerte tormenta se produjo un deslizamiento de la parte central de la presa arruinándose en su totalidad. Una vez coronada, hubiera doblado en altura a la presa más alta de la época.
Poco después se ordena la suspensión de las obras quedando interrumpida la obra hidráulica mas importante del S.XVIII".
Todavía se conservan una decena de fortines y búnkeres, vestigios de la Guerra Civil, alguno incluso en buen estado. Además de estas construcciones podemos encontrar diversos trazados de atrincheramientos y otras huellas que señalan lo que fueron posiciones defensivas, alojamiento de tropas, almacenamientos,
refugios, etc. La mayor parte fueron realizados por el Batallón de Zapadores del II Cuerpo y por la 1ª Compañía del 55 Batallón de Obras y Fortificaciones. Formaban parte de un complejo entramado defensivo que se extendía a retaguardia de la primera línea del frente o línea principal de resistencia y que construyó el Ejército Popular de la República en 1938.
También cuenta con una escultura musical de Jesús Gironella titulada " Cromlech con campanas" . Consistente en cinco grandes piedras de granito, cuatro de ellas coronadas por cuencos de hierro, que recogen el agua de lluvia. El paseante sólo tiene que golpear los vasos " Con las manos, con
un palo, con lo que quieran" , explica el autor, para obtener diferentes tonalidades que se difunden por el entorno durante unos segundos.
Los recipientes son de diferente tamaño, y contienen una cantidad diferente de agua de lluvia. Así, Gironella ha creado un instrumento tetrafónico de afinación variable, cuyo sonido depende del líquido que se recoge de forma aleatoria, sin que sea posible ninguna intervención humana.
Gironella realizó esta obra como " una ofrenda al dios de la lluvia. El hombre ha perdido el contacto con sus raíces y ésta es una forma de volver a ellas" , dice. " Cuando se golpean los cuencos" , continúa el autor, la superficie del agua vibra e, incluso, si se pone la mano
en la roca se nota cómo la vibración se transmite. De esta forma se despierta su espíritu para invocar la lluvia" .
Las piedras están talladas a máquina con motivos geométricos y con simples incisiones que se adentran en el granito. Mientras que los cuencos incrustados en los bloques de granito representan los cuatro elementos: aire, fuego, agua y tierra.
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