Aromáticas y otros usos domésticos y cosméticos Culinarias Medicinales
Usos
Además de
su aplicación tradicional en el tratamiento de enfermedades, las hierbas han
demostrado ser muy valiosas en otros campos de uso doméstico. Nos han
proporcionado techo, fuego, armas y utensilios, nos han ofrecido su color,
aroma,
nos sirven de adorno y son
aplicadas también para realzar la belleza.
Cañas,
juncos, brezos y turba han sido muy utilizadas en la antigüedad para cubrir las
casas.
Los
equisetos o cola de caballo contiene en sus tallos grandes cantidades de
material abrasivo, sílice, y se utilizan para trabajos de pulido y como
estropajo para desengrasar las cacerolas.
El ruibardo
y la acedera debido al gran contenido de ácido, son hervidas en agua y se
emplean como detergente para ollas y cazuelas, siempre con precaución pues
podemos hacer un agujero en el aluminio.
La jabonera como su nombre indica es muy útil como agente limpiador, sobre todo para tejidos delicados.
Los colorantes naturales son los pigmentos que podemos obtener de las plantas. Son
solubles en agua y tienen la propiedad de conferir color a las fibras.

Se les atribuye a los chinos la invención del papel, aunque el pergamino y el papiro
habían existido mucho antes. Los chinos utilizaban fibras de cortezas y lino,
remojando la materia prima en agua y transformándola en una pasta por medio del machacado con piedras y martillos, con la que formaban
finas láminas que se secaban al sol. Son muchas las plantas que tienen
fibras suficientes para suministrar los ingredientes básicos de la
fabricación casera de papel. Desde la Edad Media se preparaba
en
Europa una tinta para escribir que se
obtenía
a partir de las agallas
(producidas por insectos) del roble.
Los juncos eran utilizados para obtener una mecha gorda que se utilizaba para las velas que
se fabricaban con sebo.
En la antigüedad los juncos aromáticos, enebro, espliego, abrótano hembra y tanaceto entre otros, eran esparcidos por el suelo de las casas para purificar el
ambiente. Su aroma ayudaba a contrarrestar la atmósfera fétida de aquellos días
donde la higiene era escasa.
Se utilizaban como purificadores del aire
para combatir las enfermedades de diversas formas: bien eran llevadas en la mano,
colocadas entre los vestidos y ropa de casa o simplemente eran dispuestas enrecipientes colocados en distintos lugares de las casas.
El aroma de la madera de sándalo, de cedro, de las flores de espliego, romero, etc. esparcidas en un armario impregnaba todo
su contenido.
La asperilla olorosa se extendía detrás de los libros para evitar la formación de
mohos.
Las flores frescas se colocaban en la habitación de alguien enfermo para purificar tambiénel aire,
además de ser agradables a la vista.
Las
bolsitas
de hierbas secas, como el poleo, abrótano, espliego, etc. se
introducían en los cajones cerrados para evitar el olor a cerrado y
también servían para repeler a los insectos. De todas las aplicaciones,
es
ésta la que ha durado hasta nuestros días. Son las famosas bolsas
de pot-pourri. Son una mezcla de flores y hojas aromáticas secadas a las que se añaden esencias aromáticas y
agentes estabilizadores
o fijadores, que suelen ser la sal común y la raíz de lirio, para que duren más. Existen dos tipos el seco y el húmedo.

El
seco es más fácil y rápido de preparar, pero es menos duradero y
fragante que el húmedo. Los componentes del pot-pourri se deben recoger a
lo largo de un cierto
periodo, según las variedades que deseemos. Las flores se recogen antes
de que estén completamente abiertas, y también es importante el momento
del día, pues hay plantas como la madreselva
que según la hora del día despiden más fragancia. Los pétalos deben ser
secados por completo hasta que parezcan papel, pero deben conservar
el color
y el aroma. El tiempo de secado varía con cada
especie. Pueden llegar a conservar su fragancia durante dos años.
Para
el pot-pourri húmedo se toman los pétalos de las flores y se extienden
sobrebandejas
cubiertas con una hoja de aluminio, luego se cubren con papel
impermeable. Se dejan secar a la intemperie a la sombra, hasta que los
pétalos estén coriáceos. Después se guardan en una mezcla de sal común o
sal marina
picada y raíz de lirio en un recipiente de boca ancha. Colocar una capa
de pétalos en el fondo del recipiente, espolvorearla con fijador hasta
que cubralos pétalos y tenga un espesor de 6 mm. Repetir estas capas hasta que el recipiente esté lleno. Colocar un peso en la parte superior y tapar para evitar la entrada
de luz y aire.
Las hojas
aromáticas se tratan de la misma manera, recogiéndolas antes de la floración de
la planta. Mediante este método se conservará más de dos años y no necesitan
guardarse en recipientes cerrados. Pueden ser reavivadas, añadiéndoles unas
gotas de aceite esencial, lo cual no puede hacerse con el seco.
Otra forma
de aromatizar son las bolsas de espliego (lavanda). Se recogen las flores justo
antes de que se abran y se cuelgan los tallos en ramilletes en un lugar seco
durante una semana. Una vez secas, separar las flores del tallo, e
introducirlas en un saquito. También podemos añadir algún tallo porque también
son aromáticos.
 
Aromaterapia
La
aromaterapia
utiliza los aceites
esenciales en el tratamiento de diversas afecciones físicas y emocionales. Además de trabajar a través del olfato,
también se emplea aplicándose directamente sobre la piel. Según
sus diferentes modos de uso o preparación, pueden actuar desde el plano
propiamente físico (tejidos, órganos, y sistemas del cuerpo) hasta
estados mentales, emocionales, o incluso el campo energético y
espiritual, como en el caso de las esencias florales. Muchas de las
plantas se usan de múltiples formas. Y
muchos de estos remedios pueden complementarse o tener efectos
similares. Podemos beneficiarnos de las propiedades de las plantas por
medio de alimentos o bebida, baños, inhalaciones, colutorios,
gargarismos, masajes, emplastos...
Formas más corrientes de utilización de hierbas aromáticas y medicinales
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