La fungicultura es la actividad dedicada a cultivar setas y otros hongos en un medio controlado, también se conoce como micocultura. Hay personas que los ven como
vegetales, en realidad para los taxónomos actuales, no son plantas ni animales, sino algo aparte que tiene algunas características de ambos.
Requiere de diferentes condiciones para un crecimiento óptimo.

Las plantas se desarrollan gracias a la fotosíntesis, un proceso que convierte el dióxido de carbono atmosférico en carbohidratos, especialmente en celulosa. Mientras que la luz solar provee una fuente de energía para las plantas, los hongos obtienen toda su energía y materiales de crecimiento de su medio
de desarrollo, a través de procesos de descomposición bioquímicos, es decir se alimentan de materia orgánica. De hecho muchos pueden ser cultivados en espacios subterráneos y oscuros como túneles o sótanos, siendo lugares muy adecuados, ya que mantienen una temperatura fresca y una humedad alta y estable. Ésto no significa que la luz sea un requisito innecesario, ya que algunos hongos usan la luz como señal para fructificar.
Los hongos se desarrollan bien con altos niveles de humedad, entre el 95 y el 100%, y con una humedad del substrato entre 50 y 75%. En el caso de los hongos cultivados la materia orgánica ya está muerta y se encargan de transformarla en compuestos químicos más sencillos contribuyendo a su mineralización
junto con otros seres vivientes microscópicos. Se reproducen sexualmente durante su crecimiento bajo tierra, y asexualmente a través de las esporas. Cualquiera de éstas se puede contaminar con los microorganismos aerotransportados, que interferirán con el crecimiento de la seta y prevendrán una cosecha sana.
Para un cultivo óptimo, además de proporcionarle las condiciones ambientales adecuadas, se debe preparar el substrato, por ello es preciso una buena esterilización para desinfectar el material, para que ningún otro hongo o microbio compita con el que cultivemos. La composición del sustrato puede
ser muy variada, desde diversos estiércoles, paja o restos de madera (serrín, astillas, etc). Después hay que procular la humedad necesaria para que el hongo comience a alimentarse.

A nivel industrial una de las especies más cultivadas de champiñón es Agaricus bisporus. El estiércol natural más idóneo para su cultivo es el de caballo, mulo o asno. Ha de proceder de animales trabajados y que no coman forrajes frescos o alimentos verdes, debe estar compuesto a base de paja
de trigo o de centeno. Cuando no se dispone de estiércol de caballería se puede recurrir al empleo de estiércol artificial, constituido por paja de trigo bien picada, gallinaza, sustancias ricas en principios nitrogenados, urea, torta de soja o de algodón, etc.
Los lugares más adecuados para el cultivo es en cordones de compost, aunque se puede cultivar en estantes, bandejas, o en sacos, en lugares oscuros y frescos, como cuevas o bodegas que reúnan las siguientes condiciones ambientales:
- Temperatura ideal y constante de 12-14º C. si se aproxima a 17-18º C., la producción será abundante, y se desarrollan muy rápidamente, pero el cultivo se agotará muy pronto, si es superior se producirán deformaciones en los hongos y la incidencia de enfermedades será mayor.
- Humedad relativa del 75-80%, por lo que se evitarán lugares muy secos o donde se produzcan encharcamientos.
- Ventilación adaptada según sus necesidades durante su desarrollo, evitando las corrientes de aire que den directamente sobre el cultivo.
Si deseamos cultivar champiñones en casa se puede hacer partiendo de champiñones comprados. Buscar una bandeja de plástico con agujeros grandes, pero teniendo cuidado de que no se salga el compost, para ello se puede colocar un plástico o tela de saco y un poco de paja. Desprender el talo del sombrero, partir
el sombrero en 2 trozos y semi enterrar los tres trozos en una tierra de compost común. Colocar el sombrero dejando las partes de las laminillas hacia abajo y otros hacia arriba para facilitar la reproducción del micelio. Taparlo con tela de saco o paja, así mantendrá la humedad, la temperatura y evitará la entrada de luz solar. Colocarlo en un lugar húmedo y mantener la humedad, regando unas 3-4 veces al día, lo ideal será del 85 a 90%, regarlo sin destaparlo. La temperatura deberá estar entre
22º y 26º C., si supera los 32º C el micelio se muere. No requiere nada de luz solar directa, la luz infrarroja les hace daño, por lo que es recomedable colocarlos en un lugar oscuro, como una bodega o sótano. Después de este proceso a los cuatro o cinco días, se observarán unas manchas blancas en cualquier lado del interior de la bandeja, al mes empezará a parecer algodón. En cuanto a cantidades por ejemplo para una bandeja de 100 x 50 centímetros, se pueden usar 15 pedazos de champiñón,
a una distancia entre 2 y 2,5 cm. cada trozo.
Mucho más cómodo y que podemos encontrar en grandes centros de jardinería son los kits preparados. La seta más vendida y conocida es Pleurotus Ostreatus (Seta de ostra), pero también se pueden encontrar de Agaricus Bisporus (champiñon), Pholiota Aegerita (seta de chopo), Pleurotus Eryngii
(Seta de cardo), Agaricus blazei Murill (Portobello) y Lentinula edodes (Shiitake), entre otras.

Cultivo de Pleurotus Ostreatus (Seta de ostra o falsa seta de cardo)
En un ambiente natural crece sobre árboles, tocones, arbustos y otras plantas leñosas, alimentándose a costa de su madera y destruyéndola. El cultivo de esta seta es posible realizarlo con diferentes técnicas, pero en todas ellas lo fundamental consiste en sembrar el micelio sobre un sustrato leñoso-celulósico
húmedo (casi siempre pasteurizado), incubarlo a 20-25º C, mientras se tiene envuelto en plástico y, por último, mantenerlo descubierto en sitios muy húmedos y frescos, generalmente a, menos de 15º C, hasta que salgan las setas.


- En tocones
Para producir las setas sobre tocones de madera, se realiza a los pocos meses de la tala del árbol. Se realizan unos agujeros con un taladro en diversos puntos del tocón, separados por unos 20 cm. o algunos surcos con una sierra, con cierta inclinación hacia arriba y adentro, para evitar que
se llenen de agua con la lluvia. Después se rellenan de micelio y se cubren con tiras de papel engomado opaco. Se puede hacer sobre tocones de chopo, abedul, haya, álamo, nogal, sauce, morera, roble y encina. Al estar al aire libre en el jardín, la producción será de noviembre a marzo. También se puede hacer usando esporas. El propio hongo se encargará de atacar a la madera y en pocos años la dejará blanda, lo que facilitará la eliminación del tocón.
Otra forma de siembra consiste en cortar una rodaja del tocón con una motosierra. Se extiende el micelio sobre la superficie nueva y se cubre con la rodaja de madera, sujetándola con unos clavos. El borde se sella con papel engomado.
- En troncos de madera blandas
Han de ser troncos de 50 cm. en los que se inocula el micelio (colocándolo en orificios o en la superficie del corte), se tienen unos meses en una zanja cubierta y cuando ya ha prendido el hongo, se sacan y se colocan, en otoño, en sitios húmedos, con la base algo enterrada. Los árboles más adecuados
son: el chopo o álamo negro y sus híbridos, el chopo temblón, el álamo blanco, los sauces, moreras, hayas, nogales, cerezos, abedules, castaños de Indias, robles y encinas. La producción de setas dura pocos años y se produce en otoño.
- En paja
Para producirlas sobre paja se usa micelio en granos de cereal, inoculadas con el hongo. Se siembra sobre el sustrato preparado a base de paja, incubandolo a unos 25º C y luego tenerlo en un sitio fresco, húmedo, ventilado e iluminado. Para evitar contaminaciones, es conveniente hervir
la paja y sembrarla después con el micelio. Al igual que en madera, se puede usar espora.
- En kits
Es el método más cómodo. Es un paquete que contienen una bolsa de plástico perforada y rellena con paja de cereal (trigo o cebada), que ha sido tratada previamente para evitar contaminaciones y sembrada o inoculada con el micelio de la seta. Después sólo hay que seguir las instrucciones que
variará según la empresa que lo haya comercializado.
Por lo general tendrá que colocarse en un lugar freco y ventilado, sin que incida el sol directamente, por lo que no se pueden colocar en balcones o terrazas. Precisan de luz natural, si es artificial como mínimo de 6 a 8 horas. La temperatura deberá ser constante, entre 10 y 28º C, sin cambios bruscos y
la humedad entre 80 y 85%. No es preciso regar. Si el ambiente está muy seco, se puede espolvorear agua por encima de las setas, sólo para humedecerlas. Si hace mucho frío no saldrán o saldrán pocas.
El paquete se puede apoyar directamente en el suelo o sobre una caja de plástico. A los 10 días desde el momento de desembalar el paquete, las setas empezarán a brotar en racimo por los agujeros. Crecen muy rápidamente, en tan sólo 4-5 días pasarán a tener alrededor de 15 centímetros. Se pueden arrancar (no
cortar) las más grandes del racimo, para que las más pequeñas sigan creciendo, o bien el racimo entero de una vez. En función del tamaño del paquete, se puede llegar a cosechar algo más de 2 kilos en la primera cosecha. Una vez arrancadas todas, hay que limpiar el agujero para la segunda cosecha. En buenas condiciones pueden producir entre 3,5 a 10 kilos, repartidos entre 3 a 6 cosechas, y cada una dura alrededor de una semana. Es conveniente pasar un paño
húmedo sobre la bolsa antes de la siguiente cosecha, y hacerle unos cortes por los laterales para aumentar la producción. Entre cada cosecha hay un periodo de 20 días aproximadamente de no producción, pudiéndose retrasar dos semana más. Puede aparecer polvo blanquecino, pero no es malo.
- Si vemos que crece mucho el tronco es porque le falta ventilación, si tiene poco tronco es por exceso.
- Si se pone la seta amarilla o rojiza es porque tiene exceso de humedad.
- Si se secan o pierden el brillo, pulverizar directamente con agua sobre las setas, nunca sobre la bolsa.
|